domingo, 21 de febrero de 2010

Insurrección Literaria




¿Será esta la última palabra que escriba antes de quedarme dormido? Existen interrogantes que me provocan inquietudes mucho mas intensas. El solo hecho de haber articulado ese pensamiento ha logrado despabilarme. El de cierto personaje por ejemplo, lugar común de muchas historias. ¿Qué relato no ha incluido en su reparto a ese personaje insignificante al que todos pasan por arriba? Rescatando así una imagen distorsionada del mismo, mientras este sufre los avatares de la indiferencia y la hipocresía del mundo en el que vive.
Aquí es donde justamente yo entro en escena. Un escritor fracasado que se dedica a rescatar de la muerte y el olvido a esos personajes, y que, actúa como una herramienta mediante la cual, estos marginados y desdichados extras se rebelan contra su intrascendente destino. Destino que inevitablemente ya está escrito.
Por supuesto esta práctica me ha valido varios juicios y acusaciones, pero no pienso en detenerme hasta que no haya logrado hacer justicia con todos y cada uno de estos miserables personajes.
A eso me dedico. Día y noche. Y me siento tan orgulloso como quien salva una vida o evita una catástrofe, pues mi labor es dar la oportunidad de revancha a esos que jamás podrían alcanzarla.

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